viernes, 26 de diciembre de 2014

Llego tarde... como el conejo blanco de Alicia.

Llego tarde, lo sé. Llego a la carrera, en mitad de la Navidad, pero al menos llego (risas). En estos casos siempre se dice, «ando sin tiempo». Lo decimos tantas veces que cuando llega de verdad ese «no tener tiempo ni para respirar» te das cuenta de que hasta entonces siempre te habías quejado sin motivo. Lo que ocurre, es que cuando ese tiempo lo dedicas a personas a las que quieres con toda tu alma, no te pesa no tenerlo ya para ti… Bueno… No quiero ser mentirosa. A veces un poquito sí que te pesa. Pero hay sonrisas que lo compensan todo.

Y, ya que estamos juntos hora, os cuento algo sobre mi próxima novela. Esa que parece que no llega nunca (risas). Por esta falta de tiempo que os comento, no la publicaremos durante el primer trimestre del 2015. Me falta hacerle la última corrección. Si soy capaz de terminarla durante todo el mes de enero la publicaremos en mayo, y así vosotros y yo podremos vernos en la Feria del Libro.

Pero, lo principal de este mensaje era transmitiros todo mi cariño y buenos deseos para esta Navidad y para el resto de los días de vuestra vida. No podía dejarlo pasar, aunque fuera llegando tarde.

Deseo que paséis unas felices fiestas, repletas de momentos felices que recordéis siempre. Porque lo que de verdad importa no son las grandes cosas, sino esas pequeñas que nos hacen sonreír cada día. Los instantes, los abrazos, los besos, las miradas, y hasta los silencios. Eso que de verdad llena nuestra vida y nos convierte en lo que somos. Por eso deseo, desde lo más profundo de mi corazón, que esta Navidad y el resto de los días de vuestra vida estén repletos de esas pequeñas cosas que os hacen tan grandes. Disfrutarlas. Son lo mejor del mundo 


Un abrazo grandote, grandote, grandote… Y gracias por seguir ahí.