Este
año nuevo ha comenzado frío, frío, frío…, pero PRECIOSO.Y lo atestiguo con una
de las muchas fotos que estoy sacando todas estas mañanas de gélidas heladas.
Deseo
que este sea un gran año en el que se hagan realidad esos sueños que nos quedan
por cumplir, y así podamos comenzar a soñar con otros nuevos. Porque los sueños
no deben abandonarnos nunca. Ni el amor por quienes nos rodean, ni las ganas de
compartir nuestro tiempo con ellos, ni la felicidad de vivir, de detenerse a mirar…
Estos
días recordábamos en casa cuánto tardábamos en llegar a los sitios cuando
íbamos con nuestros hijos pequeños, porque ellos se entretenían mirando una
piedra, una ramita, un bichito minúsculo, dando pasos atrás para volver a
mirar… Y llegué a la conclusión de que quiero recuperar eso. Siempre habrá
momentos de prisas, agobios y miles de cosas por hacer, pero si me lo propongo
en serio también habrá momentos serenos de contemplarlo todo con los ojos de la
niña que también yo fui. Sé que lo conseguiré. Ya lo estoy haciendo a ratos. Y
es muy agradable. Os invito a probar. Para comenzar basta con unos minutos. Os
convertiréis en adictos ¡jejeje!
Os
envío un abrazo grande, grande, grande y lento como esos en los que se
eternizan los niños
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