Lorena Luna me ha regalado una preciosa Fan-Art inspirada en «Donde siempre es otoño», y en ella podéis ver, por primera vez, el rostro de Elizabeth, la mujer que vuelve loco al siempre controlado Ian O´Connell.
Este es su blog Mi Luna Mágica
Siempre me emociona ver las preciosas composiciones o vídeos que hacen de mis libros, pero, ver esta, cuando a la novela aún le quedan meses para estar en las librerías, me ha llegado al corazón de forma especial. Porque eso significa que hay quien espera a mis historias con las mismas ganas con las que yo las escribo.
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Para agradecéroslo con toda mi alma, pongo un pedacito de una escena de la novela. En ella podréis ver eso que todos sabemos, y es que también los canallas seductores sin corazón, como Ian O´Connell, terminan enamorándose. Y, entonces, la caída suele ser más dura, más dolorosa...
Entresacado de «Donde siempre es otoño»
.../...Ángeles Ibirika©
Y, mientras lo hacía, mientras el hormigueo le agarrotaba el hombro sobre el que ella descansaba, sintió que esa era la noche más extraña y perfecta que había pasado nunca, compartiendo lecho con una mujer, deseándola hasta el tormento pero sin tocarla de todas las maneras en las que necesitaba hacerlo, sin pedirle que ella le tocara a él de la forma en la que ya una vez lo hizo. Se dijo que quería pasar muchas noches así, contemplándola dormir, viéndola despertar…, amándola. Porque si eso que estaba sintiendo por ella mientras la abrigaba contra su piel no era amor como el que describía en sus novelas, se le parecía tanto que le asustaba. Le asustaba porque al fin entendía que su obsesión no desaparecería cuando lo hiciera el misterio que la rodeaba...
... porque al fin comprendía que se había enamorado de ella con ese tipo de amor para el que no existe cura ni redención.